UNIVERSO ESTRELLADO
—¡Caminemos y observemos las estrellas! —ella me miró a los ojos y una sonrisa sutil salió de sus labios—, dejemos que los astros nos guíen y nos llenen con su energía.
Yo asentí y nos enrutamos en medio de un sendero oscuro y melancólico, caminamos por varias horas y ella no pronunció una sola palabra; yo observé su espalda y medité en silencio.
—Hemos llegado —ella rompió el silencio y señaló el cielo oscuro lleno de puntitos blancos —ahí está la vía láctea; es hora de soñar...
Yo sonreí, caminé unos cuantos pasos y me acerque junto a ella, su mirada pícara me señaló una aventura, acarició mi cabello y en una explosión que invadió mis sentidos vi como empezó a correr.
—¡Rápido, las estrellas nos esperan! —dijo.
Ella se subió sobre una estrella, la escaló como pudo y observó el horizonte, yo la alcancé y jadeante traté de reponer el aliento.
—¡Brinquemos! —su júbilo inundó con luz todo el espacio.
Yo volví a asentir y brincamos sobre las estrellas; y entre cada salto nos alejamos de casa, ya no había vuelta atrás, el destino nos había enrutado en un viaje hacia lo desconocido.
—Mira... ¡Es saturno!... —señalé el planeta y lo rodeamos con sorpresa y fascinación.
—Más adelante se encuentra venus, júpiter... —dijo, se quedó pensativa por un momento y luego empezó a contar con sus manos.
—Júpiter es mi planeta favorito —indiqué.
Ella me miró de reojo y sonrió, volvió a mirar sus manos y continúo su conteo.
—Marte, neptuno; el sol... —ella se quedó en silencio por unos segundos—; y más allá están las galaxias y los universos.
Yo incliné mi cabeza.
—Si los recorremos no habrá vuelta atrás —dije.
Ella me observó en silencio y yo sentí un vacío en mi pecho, miré hacia atrás y pude divisar a lo lejos un planeta azul, y una luz que brillaba dentro de él, suspiré y la abracé desde la distancia.
—Vamos —dije.
Ella también lo observó y empuñó su mano con decisión.
—Es hora; la aventura nos espera.
Los dos suspiramos, levantamos nuestra mirada y emprendimos el viaje ¿Qué será lo que nos depara el universo y sus estrellas? Soló el hilo del destino conoce la respuesta; solo el hilo del destino conoce la respuesta.
Dedico este escrito a una buena amiga; el destino está junto a nosotros y nos mira con buenos ojos, dentro de poco saltaremos sobre las estrellas y conoceremos la belleza del universo.
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